Las Grandes Olas de cambio


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 27 de julio de 2007
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: The Great Waves of Change

Más información sobre este texto


Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.




Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la
Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.

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Volumen 4 > Las Grandes Olas de cambio > Capítulo 1

Un gran cambio está llegando al mundo, un cambio diferente a cualquier cosa que la humanidad en conjunto haya visto antes, Grandes Olas de cambio convergiendo todas en este momento. La humanidad ha impactado al mundo de muchas formas y los resultados de ese impacto están juntándose ahora, ganando intensidad, ganando fuerza, convergiendo en un momento en el que la humanidad en general no está consciente y carece de preparación.

Estas Grandes Olas no son un único evento. No son algo simple que sucede de una sola vez, porque la humanidad ha puesto ahora en marcha fuerzas de cambio que deben enfrentarse de manera constante. Porque ahora estáis viviendo en un mundo donde los recursos están declinando, un mundo cuyo clima ha sido seriamente afectado, un mundo cuya condición ecológica está deteriorándose, un mundo donde la humanidad tendrá que enfrentar situaciones de gran escasez de alimentos y agua y riesgos de enfermedades a escala muy grande, incluso afectando a las naciones ricas del mundo. El equilibrio del mundo ha sido trastocado y cambiado, y la familia humana en conjunto debe unirse y concentrarse para enfrentar estos grandes desafíos.

En un mundo de creciente población y recursos en declive, la humanidad enfrentará una gran decisión, una elección fundamental acerca de qué dirección seguir: ¿competirán las naciones y se desafiarán mutuamente por los recursos restantes? ¿Lucharán y forcejearán sobre quiénes controlarán estos recursos y quiénes tendrán acceso a estos recursos? Pues, en realidad, todas las grandes guerras del pasado turbulento de la humanidad han sido una lucha, fundamentalmente, por ganar el acceso a los recursos y controlarlos.

¿Insistirán las naciones ricas del mundo en que su estilo de vida ha de ser preservado, y por tanto entrarán en competencia y conflicto unas con otras degradando aún más el resto del mundo, despojando a las personas más pobres del mundo de su propia capacidad de mantenerse a sí mismas, para que un estilo de vida ambicioso e indulgente pueda mantenerse en las naciones ricas?

Si la humanidad escoge este camino, entrará en un periodo de prolongado conflicto y declive permanente. En lugar de preservar y distribuir los recursos restantes y generar la capacidad de adaptarse a la condición de un nuevo mundo, la humanidad destruirá lo que todavía queda, dejándose a sí misma pobre y despojada, con una inmensa pérdida de vidas humanas y un panorama muy grave y sombrío para el futuro.

Pero si la humanidad escoge un camino diferente, reconociendo los peligros inherentes que implica enfrentar estas Grandes Olas de cambio, reconociendo la gravedad de su realidad y las grandes consecuencias que pueden tener para el bienestar y el futuro de la humanidad, entonces los individuos sabios y los líderes de naciones e instituciones religiosas podrán reconocer que una humanidad dividida fracasará frente a las Grandes Olas de cambio. Pero unida, la humanidad puede trazar un nuevo curso, prepararse para los impactos de las Grandes Olas de cambio y poner en marcha los inicios de una cooperación y una unidad mayores que todo lo que la humanidad en conjunto ha experimentado hasta el momento. Esto será generado ahora no por principios religiosos o por un alto sentido ético, sino por la pura necesidad misma.

Porque, ¿qué puede esperar lograr una nación si el mundo se hunde en conflictos y privaciones? Las naciones del mundo son ahora demasiado interdependientes para escoger el camino de la guerra y el conflicto sin traer ruina y privación para todos.

Unidos, tenéis una gran oportunidad. Divididos, fracasaréis. Y vuestro fracaso será duradero, y será extremadamente costoso —más que cualquier guerra que haya ocurrido en este mundo, más devastador que cualquier conflicto humano que la humanidad haya conocido jamás.

Las elecciones son pocas, pero son fundamentales. Y esas elecciones no deben tomarlas solo los líderes de las naciones y las instituciones religiosas, sino todo ciudadano. Cada persona debe escoger si luchará y competirá, si se resistirá a las Grandes Olas de cambio, si luchará consigo misma o con otros para mantener cualquier estilo de vida al que se esté aferrando, o si, por el contrario, reconocerá el gran peligro y se unirá para comenzar a prepararse para su impacto y construir un tipo de futuro nuevo y diferente para la humanidad.

Pues no podéis mantener la forma en que vivís ahora. Aquellas naciones ricas, aquellas personas ricas, aquellas personas que se han acostumbrado a la riqueza, sintiendo que es no solo un derecho sino un derecho concedido por Dios y por la vida, deben prepararse para cambiar la forma en que viven, para vivir de manera mucho más simple, para vivir de manera mucho más equitativa, pues compartir los recursos restantes lo requerirá.

El rico tendrá que cuidar de los pobres, y los pobres tendrán que cuidarse el uno al otro, de lo contrario todos enfrentarán el fracaso, ricos y pobres. No habrá ganadores si la civilización humana fracasa. No habrá naciones supremas. No habrá tribus supremas o grupos o cuerpos religiosos supremos si esto ocurre. Y las Grandes Olas de cambio tienen el poder de llevar a la civilización humana al fracaso. Así de grandes son. Así de extenso será su impacto.

Por tanto, el primer gran desafío que enfrentas es enfrentar el gran desafío, sin insistir en soluciones, sin combatir contra la verdad de lo que sabes y lo que ves, sin culpar a otras personas o esperar que algún otro se encargue del problema por ti. Todo el mundo debe hacerse responsable de cómo vive, de cómo piensa, de qué hace, de las decisiones que tiene delante hoy y de las decisiones que tendrá que enfrentar en el futuro. Todos, particularmente los ciudadanos de las naciones ricas, tendrán que reconsiderar dónde viven, cómo viven, qué tipo de empleo tienen, cómo se ganan la vida, cómo usan los recursos del mundo, cómo usan la energía —todas estas cosas.

Sin duda, este no es un momento para ser ambivalente o complaciente. Sin duda, no es un momento para simplemente pensar que los líderes de los gobiernos deben ocuparse del problema por ti, porque ahora debes mirar tu vida y tus circunstancias.

Es como si hubiera llegado el momento de pagar la factura. La humanidad ha estado gastando y pidiendo prestada su herencia natural por mucho tiempo, aplazando por mucho tiempo el pago de las consecuencias de hacer esto, y ahora llega el momento de pagar la factura. Ahora las consecuencias están emergiendo poderosamente, y son muchas.

Ahora debes considerar lo que [en conjunto] habéis creado. Debes considerar vuestra condición. Debes considerar vuestras circunstancias. Debes considerar el mundo que habéis creado para vosotros mismos. Pues la humanidad ha despilfarrado su herencia natural. Este abundante y magnífico mundo que el Creador de toda vida ha dado a la humanidad como su propio mundo, ha sido saqueado, malgastado y derrochado por la codicia, por la corrupción, por la guerra y el conflicto, por el comportamiento irresponsable, por la inconsciencia y la ignorancia, y ahora las consecuencias están comenzando a emerger. Estas consecuencias no son simplemente una posibilidad distante o un problema para alguna generación futura.

Este es el mundo que has venido a servir. Este es el mundo que [en conjunto] habéis creado. Éstas son las circunstancias que todos enfrentáis ahora. Debes enfrentar estas circunstancias. Debes aceptar la responsabilidad de haber jugado una pequeña parte en su creación. Debes aceptar esta responsabilidad sin vergüenza, pero aun así la responsabilidad está ahí. Porque frente a las Grandes Olas de cambio no hay a donde huir ni lugar para esconderse. No puedes simplemente hacer las maletas y mudarte al campo o encontrar algún lugar para ocultarte mientras la tempestad pasa por encima, pues esta tempestad durará mucho tiempo y no existe lugar donde esconderse.

Solo el Conocimiento dentro de ti, la inteligencia más profunda que Dios ha puesto dentro de ti, sabrá cómo tratar con estas circunstancias y con el inmenso cambio que está llegándole a la humanidad. Solo este Conocimiento más profundo, este Conocimiento sagrado, sabrá cómo navegar en los tiempos difíciles por delante, cómo navegar en las aguas turbulentas, porque habrá aguas turbulentas.

Tal vez estás acostumbrado a que los problemas mayores del mundo no te afecten. Quizá te has aislado lo suficiente allí donde estos problemas parecen estar distantes, donde no parecen ser un problema para ti. Parecen ser el problema de algún otro, un problema en otro país, un problema que otras personas tienen que enfrentar y resolver. Pero tal aislamiento ahora se ha terminado. No hay posibilidad de que no seas grandemente impactado por las Grandes Olas de cambio. No hay posibilidad de que estas Grandes Olas no cambien tus circunstancias, quizá incluso dramáticamente.

En esencia, no puedes cambiar lo que está llegando ahora, pero puedes prepararte para ello. Puedes adaptarte a ello. Puedes usarlo para contribuir al bienestar de las personas, porque en realidad has venido al mundo para esto. A un nivel mayor, más allá de tus pensamientos y creencias, la verdad es que has venido al mundo con una misión; estás aquí con un propósito, y Dios te ha enviado al mundo para servir al mundo bajo estas mismas circunstancias que ahora se están acercando.

Por tanto, en tu mente puedes responder con gran miedo o inquietud, con ira e indignación; puedes estar inmensamente confundido y perplejo; puedes sentirte desamparado e impotente en presencia de desafíos tan grandes; pero, en lo profundo dentro de ti, al nivel del Conocimiento, este es en verdad tu tiempo. Este es el tiempo en el que la gran llamada sonará para ti. Este es el tiempo en el que tus mayores regalos saldrán a la luz, porque tú mismo no puedes hacer que se presenten. Estos regalos deben ser sacados de ti. Y la llamada debe venir del mundo. No puedes llamarte a ti mismo si la llamada ha de ser genuina. No puedes iniciarte a una vida mayor. Porque la llamada debe venir de más allá de ti —llamando a tus regalos a emerger de ti, llamándote a un mayor estado de mente y de conciencia y a una mayor posición de responsabilidad.

Sin esta llamada, simplemente entrarás en la negación y tratarás de olvidar y permanecer ignorante y necio, o bien lucharás y pelearás para preservar cualquier derecho que sientes que tienes o que aún se te debe. Actuarás desde el miedo y la ira. Arremeterás contra otros. Estarás inmensamente asustado e increíblemente confuso. Creerás que algo te salvará, que existe una solución en el horizonte que hará que todos estos problemas desaparezcan. No verás, no sabrás y no te prepararás. Y cuando las Grandes Olas lleguen no estarás preparado y serás vulnerable.

Seguramente habrás visto que la naturaleza es despiadada con el desprevenido. La naturaleza no muestra ninguna misericordia con aquellos que no están preparados contra las eventualidades. Dios desea evitarte el fracaso, el conflicto y la discordia. Es por eso que ha puesto el Conocimiento dentro de ti. Dios sabe lo que está por venirle a la humanidad. Pero las personas permanecen ciegas, necias e indulgentes consigo mismas. Dios sabe que si no te preparas, si no te fortaleces en el Conocimiento, si no permites que tus regalos sean sacados de ti, si te agarras a una vieja vida, a un viejo conjunto de ideas y suposiciones, entonces fracasarás y tu fracaso será terrible.

Pero el Conocimiento dentro de ti está listo para responder. El Conocimiento no teme las Grandes Olas. De hecho, ha estado preparado para ellas todo el tiempo, porque este es tu destino. No viniste al mundo solo para ser un consumidor, solo para ocupar un espacio, solo para degradar más al mundo y consumir sus recursos. No es eso lo que te trajo aquí, y en tu corazón sabes que es verdad. Pero lo que sabes que es verdadero y lo que piensas no coinciden todavía. Y debes entonces alinearte con el Conocimiento, aprender el Camino del Conocimiento y seguir los pasos al Conocimiento, de modo que el Conocimiento se vuelva tu guía y tu consejero.

Necesitarás esta certeza interior, ya que a tu alrededor habrá confusión, ira y conflicto cuando la gente esté necesitada, cuando la gente se sienta amenazada, cuando la seguridad de la gente en todas partes sea desafiada. Verás individuos y grupos reaccionando con rabia e indignación. Verás naciones amenazándose unas a otras, y esto ya está sucediendo. Y los grandes conflictos que emergerán y el gran peligro de la guerra serán enmascarados por la política y la religión, cuando en realidad el conflicto es por los recursos. ¿Quién tendrá estos recursos? ¿Quién controlará estos recursos?

Estos conflictos han empezado ya y están bastante avanzados. Y la perspectiva de mayores conflictos y mayores guerras está creciendo con cada día que pasa. El fuego está ya encendido en el mundo, y las ascuas para mayores fuegos de conflicto están siendo atizadas, y las condiciones están maduras para su aparición.

Sin duda, si quieres estar protegido y beneficiarte del gran cambio que está llegando, no puedes permanecer en tu posición actual, en tu conjunto actual de pensamientos o en tus suposiciones actuales. Debe haber un profundo cambio dentro de ti, y este cambio será provocado tanto por las condiciones del mundo como por la emergencia del Conocimiento en tu interior. No puedes quedarte donde estás mental, psicológica y emocionalmente y tener alguna esperanza real de sobrevivir y beneficiarte del gran cambio que está viniendo.

Esta es la gran advertencia que el Nuevo Mensaje de Dios está presentando. Las Grandes Olas de cambio están llegando al mundo, y la humanidad está enfrentando ahora competencia desde más allá del mundo, una intervención de razas de más allá del mundo que buscan aprovecharse de una humanidad débil y dividida, que buscan beneficiarse del declive de la civilización humana. La Enseñanza del Nuevo Mensaje presenta esta realidad muy claramente. Y no es difícil comprenderla una vez que bajas tus defensas, una vez que dejas a un lado tus preferencias, una vez que miras con ojos despejados y escuchas al mundo para ver y saber.

Pero, sorprendentemente, tal sentido común no es común. Las personas están perdidas en lo que quieren o en lo que tienen miedo de perder. Están perdidas en sus conflictos, en sus quejas, en sus luchas consigo mismas y entre sí. Así, aquello que resulta claro y natural de ver, escuchar, saber y hacer se pierde, cubierto por la preocupación, el deseo y el conflicto humanos.

Sin duda, la humanidad está alcanzando ahora un gran umbral que determinará su destino y su futuro. La evidencia de esto está por todo tu alrededor, y puedes sentirlo dentro de ti —el sentimiento de ansiedad, de incertidumbre, de confusión, de aprensión—. Las señales en el mundo te están hablando, diciéndote que está llegando un gran cambio, que está a un paso de tu puerta.

Puedes sentir estas cosas si te permites sentirlas, sin tratar de ocultarte o de huir de ellas, sin insistir en estar alegre y despreocupado, sin búsquedas necias para mantener tu mente ocupada y distraída, de modo que no puedas escuchar las señales del mundo, la llamada del mundo y el movimiento del Conocimiento dentro de ti.

Este es tu tiempo. Has venido para esto. Estos son los grandes eventos de tu tiempo. Este es el gran umbral que la humanidad está enfrentando, pues ahora debes prepararte para un futuro que será diferente al pasado. La vida no seguirá como la has conocido, ininterrumpida. La humanidad no encontrará simplemente otras fuentes de energía o cierta solución mágica para mantener los privilegios de unos pocos.

Porque estás viviendo en un mundo en declive. Los recursos mismos que dan a vuestras naciones riqueza, seguridad y estabilidad están ahora disminuyendo. El entorno en el que vives experimentará una creciente presión por la degradación ambiental, por un cambio en el clima y por los muchos impactos que la humanidad ha provocado durante tanto tiempo sobre el propio mundo.

Por tanto, la humanidad está al borde del precipicio. ¿Optarás por permanecer ignorante y lucharás y pelearás cuando tu ignorancia y tu negación finalmente te fallen? ¿O escogerás el camino del coraje y la sabiduría para prepararte y permitir que el gran regalo de Dios que es el Conocimiento te guíe y te dirija?

Para conocer el significado del gran regalo de Dios, debes ver la gravedad y la profundidad del desafío que la humanidad está enfrentando. Debes sentir la necesidad dentro de ti, reconociendo que no tienes respuestas, y que incluso vuestras naciones, vuestros expertos y vuestros científicos no tienen realmente respuestas. Ellos tienen soluciones para partes del problema. Están trabajando en alertar y preparar a la humanidad, pero la humanidad está muy retrasada en la preparación para las Grandes Olas de cambio. Es tarde, y no estáis preparados.

Por tanto, debes sentir la verdadera necesidad dentro de ti mismo para responder al gran regalo que Dios está dando ahora, un regalo diferente a todo lo que la humanidad ha recibido antes, porque la humanidad está enfrentando ahora un desafío y una crisis distintos de todo lo que ha enfrentado antes.

Para ver la solución, debes sentir la necesidad. Debes reconocer la necesidad. Debes enfrentar las Grandes Olas de cambio. Debes empezar a unir las piezas y las señales para ver la imagen que te están mostrando. Esta imagen es clara y obvia, pero no es obvia para aquellos que no están mirando, que no están pensando, que no están haciendo las asociaciones fundamentales necesarias para poder ver la imagen con claridad.

Cualquier línea de acción valiente para redirigir tu enfoque y tu energía debe basarse siempre en una necesidad interior urgente. Bajo circunstancias tranquilas, las personas raramente hacen algún progreso en cualquier campo de empeño. El progreso real debe ser impulsado por una necesidad urgente y profunda —por la presión tanto de tus circunstancias y las necesidades del mundo como del Conocimiento en tu interior—. El Conocimiento está urgiéndote a tomar conciencia. Está urgiéndote a prepararte en lo psicológico, en lo emocional y en lo práctico para los grandes desafíos que están llegando ahora, para los grandes eventos de tu vida y para las grandes relaciones que estás destinado a tener. Pero estas relaciones solo surgirán atendiendo a un mayor desafío en la vida.

No te preocupes de que otros no estén respondiendo. No te preocupes de que la humanidad se mantenga ignorante, indulgente y necia en sus conquistas y conflictos. Porque la llamada es para ti. Tienes que asumir la responsabilidad sobre tu vida y tus razones para estar aquí. La llamada es para ti. No necesitas tener un consenso con otros para responder. De hecho, no tendrás tal consenso. Puede que seas la única persona que conoces que está respondiendo. Incluso si es así, debes responder. No puedes esperar a que otros te reafirmen en que debes responder, porque cuando todos respondan habrá pánico y discordia. Habrá tribulación y conflicto. No querrás esperar hasta el momento en que todos respondan, pues eso será un caos.

Debes preparar tu vida y prepararte a ti mismo. Debes fortificar tus relaciones. Debes educar a las personas que conoces cercanas a ti, a aquellas que pueden oír y pueden responder. Debes dejar a un lado tus metas y preferencias para responder al mundo. Debes reevaluar dónde vives, cómo vives y con quién estás en términos de quién puede viajar contigo, quién puede prepararse contigo y quién no. Debes reevaluar tu trabajo y su viabilidad en el futuro. Y debes hacer esto sin que todo el mundo a tu alrededor te esté alentando o dándote su aprobación, porque eso será improbable.

Tu mente no querrá enfrentar el futuro. Tu mente querrá otras cosas, porque la mente es débil, falible y se rige por el miedo y la preferencia. Pero existe una mente mayor dentro de ti: la mente del Conocimiento. Esta mente no está distraída. No está en conflicto consigo misma. No está sujeta a la seducción del mundo o de cualquier otra fuerza, pues responde únicamente a Dios. Es la única parte de ti que es completamente pura y confiable, y es la única parte de ti que es sabia. Ella contiene tu mayor propósito para venir al mundo, y representa tu relación fundamental con Dios, la cual no se ha perdido en la Separación.

A pesar de todas las apariencias de este mundo, a pesar de todas las actividades e indulgencias y tragedias de este mundo, sigues estando conectado a Dios. Y Dios te ha enviado a este mundo para servir a un mundo en gran necesidad. Por eso eres quienes eres. Por eso tienes una naturaleza única. Por eso tienes ciertas fortalezas que debes utilizar y ciertas debilidades que debes reconocer y manejar correctamente. No puedes ser débil y ambivalente ante las Grandes Olas de cambio. Ellas sacarán de ti tu fuerza primaria, y necesitarás esta fuerza primaria ahora. No puedes estar tonteando por ahí ante unas dificultades y desafíos tan inmensos.

En efecto, las Grandes Olas están convergiendo sobre el mundo. No puedes escapar de ellas. Son profundas y serán duraderas. ¿Tienes la claridad, la sobriedad y la honestidad para verlas con claridad, para prepararte emocional y psicológicamente para ellas y comenzar a construir una base para ti —una base creada por el Conocimiento dentro de ti, una base de relaciones, una base de actividades, una base de sabiduría, no solo para ser capaz de navegar estos grandes desafíos, sino para ser capaz de asistir y servir a otros?

Porque debes saber que la necesidad humana se hará mucho mayor conforme pase el tiempo. Todos se volverán más pobres y muchos serán indigentes. Debes tener la fortaleza no solo para cuidar de ti mismo, sino para cuidar también a otros —para cuidar a los ancianos, para cuidar a los niños—. Por supuesto que no podrás cuidar a todos, pero estará claro quiénes entre tus vecinos o parientes son especialmente débiles y vulnerables. Debes ser lo bastante fuerte para cuidarles a ellos también.

Aunque esto parece abrumador, aunque no es lo que preferirías, en realidad es lo que te redimirá, porque esto es lo que te sacará de tus conflictos, de tus adicciones, de tu baja autoestima, de tus pesares, de tus recuerdos dolorosos. Esto te forzará a establecer una relación real contigo mismo, con los demás y con el mundo.

Por tanto, no consideres las Grandes Olas de cambio solo como una tragedia o como un gran peligro, sino como una llamada, como una exigencia; una llamada y una exigencia que pueden restaurarte y redimirte, que pueden hacer que surjan el Conocimiento que está dentro de ti y los grandes regalos que has venido a dar, regalos que serán determinados por las mismas circunstancias que están emergiendo ahora.

Las Grandes Olas de cambio traerán gran claridad a tu vida, y te mostrarán tanto tu debilidad como tu fortaleza. Ellas te despertarán de tu sueño de realización y tragedia. Te traerán de vuelta a la sensatez y te llevarán al Conocimiento dentro de ti. Por tanto, no las repudies. No las niegues. No pienses que son insignificantes o que la gente tendrá una solución simple para ellas, pues hacerlo es negarte a ti mismo la llamada y el poder de tu tiempo y la redención que este te traerá, a ti que fuiste enviado al mundo para estas mismas circunstancias.

Esto te reconciliará con tu fuerza y romperá tus ataduras a tus debilidades, porque eres tú quien debes ser llamado al frente ahora. Esto no es un problema para que se encarguen otros; todo el mundo debe hacer una parte. Y cuantos más puedan ser llamados a su mayor propósito aquí, mayores serán las oportunidades y la promesa para la humanidad y mayor será la probabilidad de que la humanidad pueda sobrevivir a las Grandes Olas de cambio y pueda establecer un nuevo curso, una nueva dirección y una mayor unidad y cooperación en el proceso.

Pero ello depende de ti y de la fortaleza con la que naciste, fortaleza que debe salir ahora al frente en el Conocimiento que Dios ha puesto dentro de ti, el cual es el único que conoce el camino a seguir.

Porque los grandes tiempos están sobre ti. Este es tu tiempo. Esta es tu llamada. Aquí es donde hallarás tu verdadera fuerza. La verdadera fuerza nunca se halla cuando las personas son complacientes y están dormidas. Solo se halla cuando las personas están respondiendo y actuando con dirección e intención verdaderas.

Con la Enseñanza del Nuevo Mensaje, la humanidad tiene ahora una gran esperanza. Por primera vez, la espiritualidad se está presentando al nivel del Conocimiento. Es una gran llamada. Es un gran regalo. Trae consigo una sabiduría que supera lo que la humanidad ha establecido hasta ahora. Llama a la gente a salir de las sombras —a salir del conflicto, de la controversia, de la adicción, de la tragedia— para responder a un mundo en necesidad.

Porque el Nuevo Mensaje habla de la gran necesidad del mundo —de las Grandes Olas de cambio y de la Oscuridad Mayor de la Intervención que está presente en el mundo—. Habla del mayor propósito que ha llamado a todo el mundo aquí. Habla del poder del Conocimiento y revela cómo este puede descubrirse y experimentarse. Habla del nivel de relaciones que las personas deben alcanzar para encontrar verdadera unión y poder entre ellas. Habla del futuro de la humanidad dentro de la Comunidad Mayor de vida inteligente en el universo y del gran umbral que la humanidad debe atravesar para encontrar su destino y realización mayores.

Tienes entonces la bendición de recibir este Mensaje, de ser alertado de las Grandes Olas de cambio y de la Oscuridad Mayor que está presente en el mundo. Porque tienes tiempo para tomar conciencia, para prepararte, para preparar tu vida y para recibir la guía que Dios te ha dado, tanto a través del Nuevo Mensaje como a través del Conocimiento con el que naciste, el cual es el mayor regalo que Dios te ha dado tanto a ti y como al mundo.