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Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 14 de abril de 2011
en Boulder, Colorado, Estados Unidos.
La Voz que estáis oyendo no es de un único individuo, sino de las Huestes Angélicas reunidas, hablando juntas, con una sola Voz. Esta Voz está pasando a través de un único individuo, sí, pero a un nivel superior, la individualidad es completamente diferente. Muy distinto es esto en el mundo. Es por eso que Nuestra Voz es tan única, porque esta es la Voz de muchos. Es por eso que Nosotros hablamos como lo hacemos, porque es la Voz de muchos.
La gente en el mundo solo puede pensar en individuos. Ellos preguntan: “Bien, ¿cuál es el nombre de este Ángel, o de este Ser?” Pero los nombres no son importantes en asuntos como este, salvo para aquellos que no pueden pensar más allá de las fronteras de su propia separación.
En cierto modo, Nuestra Voz es parte del Nuevo Mensaje para vuestra consciencia, de modo que podáis entender el proceso de la Revelación y seáis testigos de él. Nunca antes se ha revelado realmente este proceso; no a la persona común, ni al público en general, ni siquiera a los académicos, a los expertos, a los teólogos o a los filósofos. Es tiempo ahora de que la humanidad aprenda de estas cosas, porque está viviendo en un tiempo de Revelación.
Nosotros somos la Revelación. Dios no habla, porque Dios es demasiado grande. Por tanto, la Voluntad de Dios se expresa y se comunica a la Presencia Angélica, que supervisa todos los mundos donde la vida inteligente ha evolucionado. La Voluntad del Creador se expresa entonces en las palabras y el lenguaje de ese mundo, para esa gente.
Hay una cosa que Dios no puede ser, y es no ser Dios, lo cual es algo muy peculiar con respecto a vuestra existencia, pues la Creación no puede realmente dejar de ser la Creación, y vosotros sois parte de la Creación.
Y este es el problema y la contradicción de vuestra existencia. Estáis pretendiendo ser lo que no sois. Pero esa pretensión es lo que significa estar en el mundo.
Muchos de Nosotros hemos estado en mundos como este. Entendemos estas cosas. Es por eso que somos los perfectos intermediarios para expresar la Voluntad y las intenciones del Creador y traéroslas, no solo en términos de enseñanzas finales, sino en términos de comentario y aplicación —explicando lo que significan estas cosas, cómo pueden ser experimentadas y aplicadas en vuestra vida y particularmente en las circunstancias cambiantes del mundo.
Porque el mundo está encarando las Grandes Olas de Cambio y está experimentando una intervención de razas de más allá del mundo. Se trata de un gran punto de inflexión para la familia humana. Pero la humanidad está inconsciente y falta de preparación y es muy vulnerable al engaño y la malinterpretación.
Para que el Mensajero venga al mundo en este tiempo, el proceso mismo de la Revelación debe ser revelado, o de lo contrario su presencia y su propósito aquí no se entenderán, y se le confundirá con otros que hacen grandes afirmaciones pero que, por sí mismos, no tienen el gran Mensaje para entregarlo.
La gente se sentirá confusa respecto a quién escuchar. Se sentirán confusos ante la Voz de la Revelación. Porque hay muchas voces hablando a la humanidad en este tiempo —voces de la Comunidad Mayor, voces de la Intervención, voces de vuestra propia mente, voces que os acosan, voces que os deleitan—. Pero solo hay una voz de la Revelación, y Nosotros somos esa única Voz. Que podáis aceptar esto implica que debéis aceptar que estáis recibiendo la Revelación y que comencéis a considerar las responsabilidades que ello podría poner sobre vosotros.
Se os está mostrando cómo Dios habla al mundo, y que Dios ha hablado de nuevo para preparar a la humanidad para un futuro distinto del pasado, para una nueva serie de realidades, para una nueva existencia y un desafío y una dificultad mayores.
La evolución de la humanidad sigue el patrón de evolución de la mayoría de razas del universo. Cuando esas razas comienzan a dejar exhaustos sus propios planetas y encaran la realidad de la Comunidad Mayor de vida en el Universo, ellas han alcanzado un umbral importante, difícil y escarpado. Han alcanzado un verdadero punto de inflexión, donde su comprensión y sus suposiciones pasadas no les servirán, e incluso podrían traicionarlas. La humanidad ha alcanzado este umbral.
Para que podáis madurar espiritualmente además de físicamente en este mundo y os preparéis para una Comunidad Mayor, necesitaréis una Nueva Revelación de Dios, porque no podéis prepararos por vuestra cuenta para aquello de lo que no sabéis nada. Las personas están aún demasiado enraizadas en el pasado, demasiado identificadas con el pasado, basando sus suposiciones en él, de manera que no pueden ver realmente lo que está llegando en el horizonte.
Luego, por supuesto, está el problema de la negación humana, de la debilidad de la mente a la hora de encarar la realidad y prepararse para eventualidades. Estos son todos problemas inherentes en la familia humana, y realmente toda otra raza en el universo ha tenido que lidiar también con esta clase de problemas. Por tanto, no estáis solos, y estáis siguiendo el camino de la evolución, preparándoos para emerger del aislamiento en el Universo.
Un umbral como este requiere un mayor entendimiento espiritual, un mayor reconocimiento de la Presencia Divina en el Universo. Ya no estáis tratando con un dios local, una deidad local, con un dios de la colina y del árbol, un dios del océano y el río. No siquiera estáis tratando con el dios de un único mundo y una única gente, tal como estáis acostumbrados a pensar.
Ahora estáis tratando con un Dios de todos los Universos y de la Creación más allá de los Universos, un Dios tan grande que vuestra mente solo puede derrumbarse en alabanza. No es un Dios humano. No es un Dios que creéis en vuestra imaginación, sino un Dios que debéis experimentar a un nivel más profundo, bajo vuestra mente superficial y más allá de sus límites.
Para poder comprender el Dios de la Comunidad Mayor, debéis comprender la Voz de la Revelación. Un malentendido aquí podría ser muy dañino y peligroso. Porque vosotros oiréis varias voces, pero no sabréis a cuáles escuchar. Sin el Conocimiento más profundo dentro de vosotros que Dios ha puesto ahí para guiaros, ¿cómo notaréis la diferencia? Y si no podéis responder a la Revelación de Dios, ¿cómo responderéis a la verdad en cualquier cosa? Estando tan atados por la creencia y la suposición, ¿cómo podéis escuchar la verdad en algo?
Es una gran prueba y un gran testimonio, un gran desafío para el oyente. Pero no es solo un desafío. Es una llamada a despertar y prepararse. Porque estáis encarando un futuro peligroso y arriesgado —un pasaje difícil y peligroso hacia la Comunidad Mayor; un pasaje difícil y peligroso hacia un nuevo mundo, un mundo de recursos decrecientes y creciente agitación política y económica.
No es un tiempo para antiguas teorías. No es un tiempo siquiera para que las antiguas religiones hablen de esas cosas, sin la bendición y la guía del Creador.
Dios ha hablado de nuevo, y nadie en el mundo puede afirmar que Dios no puede hablar de nuevo, y si lo hacen, es su ignorancia y su arrogancia lo que les hace hablar así. Ni siquiera los Mensajeros de Dios pueden determinar lo que Dios hará a continuación. Ni siquiera las Huestes Angélicas pueden determinar lo que Dios hará a continuación. Dentro del tiempo es así. Fuera del tiempo es un asunto totalmente diferente, y estos problemas no suponen una preocupación.
Nosotros somos el puente entre la realidad del tiempo y el espacio y la realidad más allá del tiempo y el espacio —dos realidades que son muy diferentes—. Vosotros no podéis imaginar esta Realidad Mayor, porque vuestra imaginación solo puede tratar con imágenes y pensamientos de este mundo. Es por eso que la concepción que la humanidad tiene del Paraíso, o del Cielo, está completamente conformada por imágenes y preocupaciones mundanas. Pero la realidad es completamente diferente y está más allá de todo esto.
Esto no es de vuestra incumbencia, sin embargo, porque no se os envió al mundo para soñar con el Cielo. Se os envió al mundo para ser de servicio al mundo, para ser de servicio ahora a un nuevo mundo, un mundo cambiante, un mundo desafiante, y aun así un mundo que tiene el poder de impulsar una mayor cooperación humana y de hacer surgirel Conocimiento mayor que toda persona lleva en su interior. La Nueva revelación debe hacer surgir este Conocimiento.
No es un tiempo para creer en un gran líder, en un emancipador, en un salvador. La humanidad ahora va a tener que salvarse a sí misma. Un único individuo solo polarizaría a la población, estableciendo un mayor conflicto humano, sentando las bases para una guerra contra los creyentes y los no creyentes.
No, la llamada debe ser ahora para el individuo, porque el mundo necesitará muchos salvadores, muchos individuos inspirados y guiados, o de lo contrario la civilización humana podría fracasar, y ese fracaso podría ser lo más terrible que pueda sucederle a la humanidad. Sin duda caeríais bajo el domino de poderes extranjeros del Universo.
Tales poderes os están observando y escuchando, y están planeando llevar a cabo sus actividades mediante medios sutiles y taimados. Es un tiempo peligroso, pero para vosotros es el tiempo adecuado para estar en el mundo, pues es por esto que habéis venido —no para esconderos en la fantasía, ni para enriqueceros, ni para pretender ser algo que no sois, ni para vivir una vida de evasión e irresponsabilidad, sino para estar en el mundo y servirlo en este tiempo, no solo atendiendo las necesidades actuales de la vida, sino preparándoos para el futuro.
Solo el Conocimiento dentro de vosotros, la inteligencia mayor, sabe de estas cosas, y él debe guiaros en estos asuntos. Debéis aprender a ceder a él y a distinguirlo de todas las otras voces en vuestra mente y de todas las influencias que os empujan procedentes del mundo a vuestro alrededor.
Para esto, aprender de la Voz de la Revelación sería muy importante. Y es por eso que esto está siendo compartido con vosotros. Es por eso que está siendo enseñado por primera vez en vuestro mundo emergente.
A pesar de la larga existencia de la humanidad sobre este mundo, sois una raza joven —inmadura, incauta e inocente—. Poseéis muchas grandes cualidades. Habéis mantenido vivas en el mundo la espiritualidad y la creatividad, mientras que en muchos otros mundos han muerto —en mundos tecnológicamente avanzados que son estériles y seculares, donde la libertad individual es desconocida—. Tenéis una gran promesa.
Pero tenéis grandes problemas, y también algunas desventajas —la tendencia hacia la negación humana y vuestro tribalismo, que aunque en el pasado os ha servido, ahora puede cegaros.
La Nueva Revelación está llamándoos a responder al Conocimiento dentro de vosotros y a escuchar la Voz de la Revelación.
Tendréis muchas preguntas, por supuesto. Podéis tener miedos y sospechas. Podéis tener graves dudas. Todo eso es de esperar. Pero el desafío para vosotros es: ¿podéis responder a la Nueva Revelación? ¿Podéis escuchar la Voz de la Revelación? ¿Podéis tener la humildad y la responsabilidad necesarias para ver que estáis viviendo en un tiempo de Revelación y lo que esto podría suponer para vosotros? ¿Cuál es vuestra responsabilidad en este asunto? ¿Qué significa está llamada para vosotros?
No os preocupéis de otras personas si la llamada es para vosotros. Esto es entre vosotros y Dios, entre vosotros y Nosotros. Nosotros somos la única Presencia Angélica que supervisa el mundo. Elegid otras voces y elegiréis voces de la Comunidad Mayor, que se aprovecharán de las suposiciones religiosas de la humanidad. Ellos también pueden proyectar voces en el mundo. ¿Cómo sabréis la diferencia?¿Cómo podréis distinguir lo verdadero de lo falso, lo bueno de lo que solo parece bueno?
El desafío está sobre el oyente. Dios está siendo real con vosotros. ¿Podéis vosotros ser reales con Dios?
Dios está siendo honesto con vosotros. ¿Podéis vosotros ser honestos con Dios?
Dios está sirviéndoos y asistiéndoos de maneras en las que no podéis serviros por vosotros mismos. ¿Podéis aceptarlo y seguir la preparación que Dios está dando para salvar a la humanidad?
La carga está sobre el oyente. La prueba está en la naturaleza de vuestra respuesta. La prueba está en lo que pide en vosotros y en vuestra resonancia con la verdad de la Revelación.
Dios habla la verdad mediante la Presencia Angélica. ¿Podéis escuchar esto, sentirlo y responder a ello? ¿O está vuestra mente tan fija y tan atada por sus creencias, sus miedos y sus sospechas que no puede escuchar ni responder?
Todos los grandes Mensajeros que han sido enviados al mundo en grandes puntos de inflexión para la humanidad tuvieron que afrontar la incapacidad de responder de otros. Ellos fueron perseguidos por esto. ¿Es esto lo que sois vosotros? ¿Seréis los perseguidores del Mensajero, unos negadores de la Revelación?
Si es así no estaréis solos, pero habréis fallado la prueba, como veis. Habréis decepcionado al Creador. El Creador no os castigará, pero no seréis capaces de recibir las bendiciones, la guía y el poder de la Nueva Revelación. El gran empoderamiento será dado a otros, y vosotros no seréis capaces de recibirlo. Eso sería una tremenda tragedia para vuestra vida.
Y también sería una tragedia para el mundo, porque suficiente gente debe responder a la Revelación para que esta tenga fuerza y sea eficaz en el mundo, dando a la humanidad un mayor aliento, una mayor fuerza y responsabilidad, una mayor responsabilidad mutua y una mayor cooperación entre naciones, que ahora deben unirse para preservar el mundo y prepararse para la Comunidad Mayor.
Todo se apoya en la respuesta del individuo. Dios no está hablando a los gobiernos del mundo. No está hablando exclusivamente a los ricos o a los privilegiados o a grupos secretos. Está hablando a la gente. Está hablándoos a vosotros.
Si la gente no puede responder, ¿qué puede hacer un gobierno? Y si la gente responde, el gobierno eventualmente tendrá que cambiar y responder a esto.
Estáis escuchando la Voz de la Revelación. Es la Voz de muchos. Es la Voz de la sabiduría y el Conocimiento a una escala que no podéis imaginar. El milagro estará en la naturaleza de vuestra respuesta.
¿Pueden los separados ser alcanzados por el Creador de toda vida, o permanecerán en la oscuridad de la Separación, con solo sus miedos, sus deseos y sus suposiciones guiándoles? ¿O responderán y serán activados, pudiendo recordar sus mayores responsabilidades para estar en el mundo, dándoles el coraje y la determinación para seguir un camino muy diferente en la vida?
¿Serán capaces de recibir Conocimiento y sabiduría del Universo, para preparar a la humanidad para el Universo? ¿Serán capaces de responder a la Revelación de Dios? ¡Esta es! No habrá otra. No habrá otra.
Esta es la Revelación para este tiempo y los tiempos venideros. Dios está enviando solo una Revelación al mundo. Cualquier otra revelación es o bien una invención humana o bien una manipulación por parte de aquellas razas que están interviniendo actualmente en el mundo.
No podéis venir a Dios según vuestros términos. No podéis determinar la naturaleza y las reglas de interacción. Solo podéis venir a Dios según los términos de Dios, y Dios está estableciéndolos de tal manera que la gente se hará más fuerte, más compasiva, más poderosa, más involucrada en el mundo y más cooperativa la una con la otra. No podéis hacerlo a vuestra manera. Debe ser a la manera de Dios, porque Dios sabe y vosotros no.
Dios ve lo que está llegando en el horizonte, lejos, lejos en el mar. Vosotros no veis estas cosas.
Dios sabe cuál es el destino humano. Vosotros no lo sabéis.
Dios sabe por qué vosotros individualmente estáis en el mundo y a quién debéis conocer y dónde debéis ir. Vosotros no podéis ver esto, porque solo podéis estar donde estáis.
No podéis entender la Voz de la Revelación intelectualmente. Eso no producirá un verdadero reconocimiento.
El reconocimiento ocurre a un nivel más profundo, bajo la superficie de la mente, al nivel de vuestro corazón y vuestra consciencia más profunda —no vuestra consciencia social, sino la consciencia que Dios ha creado, la cual os permite responder a la verdad y adquirir inmunidad frente a lo falso.
Vosotros solo podéis conocernos y escucharnos con vuestro corazón. Solo podéis conocer y apreciar al Mensajero con vuestro corazón.
Puede ser confuso para vuestra mente. Puede que desafíe vuestras creencias y suposiciones. Puede requerir que reconsideréis vuestras religiones y vuestra filosofía, en cualquier grado en que tengáis estas cosas. Pero la respuesta sucede a un nivel más profundo.
Dios restaura y salva a los separados mediante el Conocimiento. Si pudierais entenderlo, ello supondría toda la diferencia para vosotros.
Si pudierais escuchar nuestras Voces, que son una única Voz, ello supondría toda la diferencia para vosotros y para vuestro mundo.